He sido inmigrante dos veces: de Colombia a Costa Rica, y hoy en día, de Costa Rica a Australia.
Cuando veo mi vida a través de los recuerdos almacenados en la nube (que ahora no te deja olvidar tus recuerdos), siento que mi vida es como la de otra persona. Es casi como una película, contando tres historias con algo en común, pero todo es diferente. Podría decir que en cualquier capítulo de esa película, he disfrutado y sin duda, he sido feliz (bajo mi propia definición de felicidad). Para mí, tal vez la clave fue aceptar y disfrutar de mi entorno, aceptar los cambios y tratar de obtener lo mejor de las personas que amas y las que te permiten ser parte de su vida.
Vivir en un nuevo país significa perder mucho de tu vida anterior, pero ganar más de lo que esperabas de tu nuevo hogar. La pregunta es, ¿dónde está ese lugar al que llamas hogar? En mi caso es extraño, pues no tengo una respuesta definitiva para eso. Podría decir, que mi hogar es el sitio es donde están mi esposa y mis hijos. Sin embargo, cada vez que visito Costa Rica o Colombia, me siento como en casa, con una pequeña sensación de ser un extraño, sin embargo, cómodo y feliz.
Mentiría si digo que me quedaré en Australia (mi hogar hoy en día) para siempre. Hasta ahora, sí, pero quién sabe qué deparará el futuro. Tal vez, será un nuevo capítulo en mi vida como inmigrante. O tal vez, podría volver a mis episodios anteriores, para refrescar todos los recuerdos, reencontrarme con viejos amigos y hacer otros nuevos.
No estoy diciendo que la migración sea un proceso fácil. En algunos días podría ser difícil como el infierno. Además, no es para todos. Creo que tienes que ser una persona obstinada para presionar y esforzarte constantemente, y así ver las recompensas al final; porque es un proyecto a largo plazo.
Mi conclusión y tal vez una recomendación es, tratar de ser feliz con quién eres, con las personas que tienes a tu lado y con el lugar en el que te encuentras.
Enzo - Eduardo Garcia | Ingeniero de Sistemas | http://enzo.weknowinc.com